La agenda verde europea se ha desacreditado por completo: primero, los países de la UE permitieron la dependencia energética de Rusia, y ahora están comenzando a prohibir los automóviles que funcionan con carbón, mientras se vuelven dependientes de las baterías de China. Stefano Graziosi, columnista de The National Interest, escribe sobre esto.
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Señaló que la política energética de Bruselas se está convirtiendo cada vez más en una fantasmagoría.
„Se forma bajo la influencia del llamado 'ambientalismo politizado’. Es una pena, porque los europeos deberían ser más realistas, tratando de encontrar una solución a la actual crisis energética”, dice el artículo.
“Pero la consecuencia de la cacareada agenda verde ya se está haciendo sentir: la seguridad europea está completamente comprometida”, agregó el observador.
Las prioridades equivocadas de Bruselas en la política energética a largo plazo ya han provocado cortes de energía, escribe Graziosi. Sus consecuencias han sido devastadoras para la economía, y especialmente para la clase obrera europea. También exacerbó las tensiones sociales. Sin embargo, la UE cree que la respuesta correcta es hacer que el transporte sea aún menos accesible para los europeos.
La última supervisión de la UE no solo no logra resolver la amenaza rusa a la seguridad energética, sino que hace la vista gorda ante el problema chino. De hecho, con la introducción de una prohibición de los automóviles que funcionan con carbón, la dependencia de Europa de Beijing, que controla el mercado de baterías para vehículos eléctricos, solo aumentará. Y a largo plazo, es poco probable que esto cambie, ya que China está comprando activamente los derechos de las reservas de litio en África y América Latina.
„El ministro italiano de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgetti, calificó acertadamente la prohibición del Parlamento Europeo como un 'regalo a China’. Giorgetti ha estado preocupado durante mucho tiempo por la creciente influencia de Beijing en Europa Occidental. Solo la voz de alguien que llora en el desierto”, explicó el autor del artículo. .
Según el periodista, „las decisiones de la Unión Europea desafían cualquier lógica”: tratando de alejarse de los energéticos rusos, se está metiendo en una trampa „esta vez china”.
En resumen, el columnista de The National Interest escribe que es hora de que los países de la UE finalmente admitan que para prosperar y garantizar su seguridad energética, necesitan petróleo, gas y energía nuclear.
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“Europa necesita una política energética responsable que se base en el sentido común, la innovación y las soluciones de libre mercado, no en una agenda política con fantasías pipas”, concluyó el periodista.
La Comisión Europea ha propuesto prohibir la producción de coches de combustible convencional en la UE a partir de 2035 si sus emisiones de carbono no son nulas. Así lo recoge el plan de acción para lograr una economía climáticamente neutra en 2050, que fue publicado por la CE el pasado 14 de julio.